martes, diciembre 23, 2008

broma

Todo es ficción y es cierto. No sé porque empezar con una afirmación tal. No solo por seguir a Ginsberg

te tengo un regalo

necesito pensar y no puedo

te tengo un regalo

no es con vos loco...pero... me mata!

te tengo un regalo dice (19:27):

lo querías

te tengo un regalo

lo vi

te tengo un regalo

lo baje!

te tengo un regalo

lo quise subir

te tengo un regalo

y no pude

te tengo un regalo dice (19:30):

no sé cuando tendré lo mío...



palabras ininteligibles de las que se desprende: tuko. con ka

te tengo un regalo dice (20:01):

tuko : tengo sueño

te tengo un regalo dice (20:01):

no

te tengo un regalo dice:

estoy cansado

te tengo un regalo dice (20:01):

depresión

Llueve. Todo el tiempo.



No hay paraguas que me cubra del aguacero. dice (20:11):

habría que inventar algo que sirva.

no se, que. algo.

Ya sé, no entendés.

No hay paraguas que me cubra del aguacero. dice (20:12):

cuando no deja de llover...

No hay paraguas que me cubra del aguacero. dice (20:12):

nada

No hay paraguas que me cubra del aguacero. dice (20:12):

estoy pensando en voz alta



llueve. todo el rato. lo dije?. dice (20:21):

ese cotiza alto

llueve. todo el rato. lo dije?. dice (20:22):

figurita difícil

hará falta hacerse puto para ser respetado?


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vos me entendés y yo te entiendo

a tu mesa me bebo la sangre de mi madre (de mi parto)

la sangre de mi madre me la bebo a tu mesa y sonrío

le chuparía la concha a mi vieja por el dolor que le causé bebiendo su sangre del parto del que vine

en tu asado de tu vaso

la sangre de mi madre de mi parto me la bebo a tu mesa y sonrío junto al asado

la sangre del parto de mi madre me la bebo con tu asado

le agradecería el dolor de tenerme si supiera en que parte del asado la vería

lo mejor para jugar al atari es chupar ginebra

buscar el vacío a través de la vagancia usufructuando

infinidad de estímulos

rezar en secreto a la diosa de una religión auto destructiva



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paro para chupar algo

Haz clic Aquí para modificar este elemento.

(broma).

domingo, diciembre 21, 2008

mariposa en el asfalto


 
 
hacer algo trascendente
pensá pequeña mariposa
tenés contados los minutos y las horas se te pasan rápido
se te posa el sentirte importante
apenas sabés que tenés tu vida casi acabada
posás en el asfalto 
te sacás fotos
y el mundo o el sol no te entienden 
y la culpa siempre es de otros
pero, claro, no podes pensar en estar equivocada
porque sos bella al sol y en particular de noche
pensar en algo trascendente, pensá
el día va a pasar rápido no porque yo lo diga
te sacaría una ultima foto para que alguien en el futuro se acuerde 
pero, claro, no tengo cámara
y vos tantas fotos y posibilidades
siempre habrá una murga para olvidar la pena
salú entonces
y a dormir
dormí, pero no tanto como para perder tu día por una noche   
(no, nunca)   vale la pena   después     me decía un viejo
pero vivíla
y llorá
 
 

miércoles, diciembre 17, 2008

Caseros


…y estamos en el tren en el furgón de las bicicletas y el aire es pesado y nos viene un halo de porro y al rato otro de otra cosecha acota la mujer que está a mi lado y conmigo y la quiero besar Y invitarla con un trago de birra y hablar de cosas y dejarla en la puerta de la casa para ver como se va lejos por poco tiempo y/o cerca por unos minutos mientras lavo platos y ella que está haciendo? ella que viaja en tren a mi lado y como estas mi amor? Solo se sonríe y me mira a los ojos negros y los mira mucho pero no habla tal vez su sordomudez no sea a drede y le pinta la pata una de las ruedas de una bicicleta y las personas toman cervezas que hacen plop! Al deschapitarlas-descapotarlas y otras en envases de plástico de agua y que fácil es describir en tren y creer en esto y en lo otro no tanto,
no?

viernes, diciembre 12, 2008

un sapo veo


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hay un sapo que tiene mi cara
camina a mi lado por la vereda de gentes y gentes rellena///////////

la confusión dura solo los minutos necesarios para serme de manto de temor/////////

el sapo me guiña un ojo y canta////

me decido por fin y lo invito a mi///
// cumpleaños/ nacimiento

Cuaderno de comunicaciones

: pequeña novela poético plástica en construcción eterna
se llama: Cuaderno de comunicaciones.

jueves, diciembre 11, 2008

yo libro (o La noche de las librerias) athorino



Pastiche;
pastiche 2;
pastiche pastiche pastiche;
etc.
El primer pastiche se iba a llamar:SUSURRO
Por ser el primero y porque es así como fue descubierto
Se debería también leer de esta forma;
se murmuró.


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yo libro
y niebla
vos nube
y pastiche
decíamos : comprender es una ilusión deseable
(bobos pero bellos)


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caminábamos como novela por calles frías y en los ojos una fe férrea


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sin embargo los pétalos de dolor se nos caían encima
a pesar de eso nos procurábamos palabras amorosas
yo libro y pastiche y putita mía
vos nube y niebla y neblina


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abrigamos a la noche
le pusimos abrigo a las calles
cursileamos
leíamos


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la noche estaba triste pero disfrazada de ropas festivas
de frazadas feas envueltas de fétidos firuletes pomposos: decorativos
y un grado mayúsculo de heroísmo ficcional en tono ahora en la palabra


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pero si éramos heraldos de un pueblo alejado de todo menos de la guerra
en silencio
rodeado de silencio y explosiones de juegos de artificios
la política del voto hoy y la bronca mañana
de ser cagones y conformistas los alrededores de nuestra fe férrea
esas casi-s gentes
fenómenos de culturas mezquinas
chiquitas vidas sin vuelo alto ni bajo
sin nada más que arrastre de sus cuerpos vellos sin luz


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y un policía o un político nos viene a buscar
porque nuestra corrección está en la lupa
y no pasa
no es aprobada por la normas


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y el futuro es un gran silencio sin explosiones de artificio


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y me decís: libro
y te respondo: libro.


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Y dios se caga de la risa


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Y ya basta de usar el facilismo de la letra “y”
Y la pelusa de su ser pelusa, vello y porquería, nos mira feo


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Y como
huevo con cebolla
y escucho a Alejandro Medina cantar a Yupanqui
y el universo está en orden aunque no parezca.
 

martes, diciembre 09, 2008

Teatro _txt viejo_ casi_ no modificado_

-->
Me cuenta con una cuerda al cuello y en los párpados la sangre de una historia poco creíble. Estar enterado, encima, de su operación de garganta hace un año, no ayuda a la credulidad que quiero sentir y la extraña armonía de la imagen que presencio, tampoco me dejan ver, que lo que pasa esta realmente ahí y, que voy a tener que hacer algo, no sé qué, por él, o por mi, solo para no verlo: A su lengua asomando entre sus dientes, sus labios secos, la vida fuera de la humanidad de mi amigo. O de lo que fue mi amigo.
Un “desconocido” me habla:
-Que lindo que habla usted.
Te tengo miedo. Vos no sos....?. yo tenia un hijo...ahora está en Devoto. Yo le hablaba. Que parara con las salideras... iba a los cajero; se droga. Es así como vos, lindo. (Ambiguo. Incesto?) Pero él...
-Señora... Te puedo llamar Esther?. Esther, no. Nada Esther; dame un abrazo. Sos hermosa, pienso, pero digo: buena mina, no hiciste nada malo, no te hagas mal, porque te haces mal?, al pedo. Perdonáme pero me tengo que ir.
Al oído esto. Como una representación de teatro con micrófonos inalámbricos y buena disposición de altoparlantes en el cubo a modo de sala. Tinglado pero de muchos verdes invertidos. Buena calefacción.
La faena se dió bajo los parámetros de las normas civilizadas, civilizadoras ONU o alguna otra entidad similar de absurda.
A la mierda de todos los que hablan y hablan porquerías mientras en el oído zúmbame: Me estoy metiendo cualquier cagada.
Santos concejos que dan aquellos que viven como si flamearan en la fiesta de orgías veloces y cantos eufóricos. Cuantos júbilos.
Los principios de las historias, que después no se apegan a los recuerdos de las mentes y nos queda el asombro cuando releemos.
Me dice, (todavía parado en una silla de mimbre endeble y la soga en el cuello atada de la lámpara en medio del living, que parece no podrá sostener su peso muerto; y él, que parece no entenderlo, ni pensarlo) o continua:
Entonces la mina me manda al carajo, mientras yo pienso en esas cosas que te dije y me mira de muy mala gana y cuando quiero hablarle y hacerle entender, la veo correr, desencajada, hacia la esquina y cuando pasa un auto tirárse. Me acordé de inmediato de lo que pensamos de chicos, te acordás?, que queríamos morirnos arrojándonos frente a un auto caro.
... ella no pudo elegir. Voy y corro hasta Esther. Lo primero que veo es una mancha bordo oscura. Después el empedrado y después recién el cuerpo sangrante. Una sonrisa en su cara. Pensé que llegaría crónica en cualquier momento; vi gente en los edificios mudos que corrían para llamar; también pensé en mi seguridad personal: Me fui.
Me escapé. Salí de ese barrio y después del que le seguía y por fin llegue acá, para tirarme en el sillón y esperar las ganas de hacer algo y lo supe; supe que me iba a subir a esta silla, como en teatro, y te iba a esperar.
Ventana. Viento que se cuela y la abre más. Cine.
Puto. Sos un mierda. Todas las canciones que escucho dicen lo mismo y vos no sabes. Andáte al carajo.
Se que tengo que hacer algo. Él se esta poniendo demasiado nervioso, es natural, tiene pensado saltar de la idea al acto. Seguro ya lo pensó. Cuanto habrá afectado su sensibilidad el vivir lo de ayer, que, perdió el conocimiento de saberme su amigo; todas las circunstancias que me hacen entenderlo. Pero no termino de confiar y salta. Como supuse se cortan los cables de la lámpara que hasta hace dos segundos la sostenían y llora, (un niño pescado en la situación insostenible de un renuncio sin tener por que, fingiendo una sensibilidad exacerbada y un código común que se deshace). Hecho un bollo sobre el suelo le pregunto: es cierto, de verdad la mujer, vos, murió?.
-Me dijo que hablaba lindo, me besó las manos, tenia mucho olor a vino barato, lloró enojadísima, gritó, vi a la policía que se acercaba y me fui, me sentí culpable, yo, corrí cuando llegué a la esquina, sentí como si la hubiera golpeado. Este teatro de mierda que te estoy haciendo
Todos somos culpables
Me mira mi amigo; o eso que fue mi amigo. Y pienso, yo: para que vine?.
Me sirvo un trago.

jueves, diciembre 04, 2008

Inter. 4 (+4) _ txt viejo sin modificar _

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_ mal leeríamos del tono de Darío_:
Me encontré tratando de explicarle el país a una amiga
Desde su ausencia a estos minutos
Con tal claridad que se me hacia inverosímil
El relato mis aseveraciones.
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Junto a la mesa veía ahora a una mujer
Disfrutando una gaseosa sentada muy de piernas cruzadas
Al sol de tardecita entrada
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Y por algún tic presentí
Que su halo tenía relación también
Con un viaje con su resiente llegada
De una latitud perdida.
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El recuerdo del exilio y este viaje desconocido
Coexistiendo en mi entre mi vaso
Y la vista extraviada de la persona con la que
Corría el líquido a compartir.
_ mal leeríamos del tono de Darío_.
- Mira a esa mina, le dije. Esa, la que actúa como si no estuviese en este país.
- No.
A mi me parecía que podría estar en Francia o a lo sumo en alguna playa, siempre lejos...
- No.
A mi acompañante no le parecía nada de otro mundo dicha señorita. Yo, le había dicho “mina” y antes “mujer”.
La literatura no es ni era cosa para tomársela demasiado en serio.
Su libro de Darío estaba maltrecho y hongóso. El mío, era de una autora brasilera *, un libro tipo póstumo pero no. Un libro que la autora se negaba a publicar.
La librería, en frente, ajena a todo divague.
Me preguntaba como había podido ser tan convincente con mi amiga; ese mediodía que llegó y me tocó timbre y me despertó y me llenó la cabeza de aplausos y sus historias y cariños. Seria por eso: yo dormía. Todavía cráneo "están by"...
Cuatro años sin verte?... Que onda la ETA?.

*uruguaya

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Después del suceso de la mujer-mina-señorita, se me ocurrió ir a lo del hombre que golpea el yunque. ( dos cuadras derecho, después una por la lateral). Él se encontraba ( de que otra manera sino?) golpeando con su martillo de plata, el yunque de hierro.
Lo saludé y mi acompañante había desaparecido.
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No quería que el relato sea una galería de personajes medianamente freaks y solo eso. Entonces fui muy claro. Y eso no ayudó a la larga.
Me miraba mi amiga, como descreída. Pero abrumada por tanta pasión. Al final, empezó, ella, a ensayar respuestas. Ahí; es donde descansé de mis palabras.

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Mi compañía reapareció detrás de un mostrador impulsada por los impactos del hombre que golpea el yunque. Su voz, no sé si se dijo antes, fue templada por el ruido, lo que le da un paralelo al trueno y al inocente que no esta avisado, fácil, lo expele a la vereda por un temor primitivo que todos, hay que decir, tenemos en los trasfondos de la mente. Su voz fue templada con el trueno.
A esta altura, el hombre que golpea el yunque, se sonreía con la ternura de los grandes hombres.
La despedida, fue tan fugas como cordial.
Los diarios no hablarían de su tarea; ni de la nuestra. Y el resultado, seria (como vaticinó mi amiga) un viaje apenas trascendente, escrito en el cielo, un domingo, en su primer arribo.


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Unos meses después

SOBRE Inter. complemet
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En Inter., el personaje central, mantiene una charla con una amiga recién vuelta al país; mas luego toma-bebe una bebida espirituosa con un amigo. 
Atención! dicho ser posee aptitudes fantásticas a saber: como desaparecer instantáneamente; concordar o no con Mario (protagonista) de forma sospechosa y singular, para con inmediatez oponerse a todo lo dicho por él, con la misma pasión y mas_
A si mismo habría que aclarar que el mencionado se llama Peres (con ese) y que no seria un ser humano sino una proyección del primero (protagonista) tal vez solo para no sentirse exclusivo aunque seguro será por el ímpetu de una parte de su mente al expresarse, etc. También libros y el hombre que golpea el yunque.

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Es el triple (trip) en el coco de Charly y un arcano del tarot y el Tao. Como se verá.
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En el complemento de Inter. Sin embargo titúlo:


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A ensayar respuestas

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Una versión del cuentito sin poderlo pensar:
después de hablar con mi amiga y de esta dejarme la impresión de vacío seguido de angustia, me entregué a las voluptuosidades de la desesperación. Mi nombre: es el que escribe: ah ts `ib.
Entre por fin en esa miserable librería. Frente a mis ojos el libro antiguo del que recuerdo hoy ya casi nada, una cosa sí. En el parque cercano reapareció a mi lado Peres y ahora acompañado por un tal Alberto. Se brindaron conmigo a la lectura de aquella amigable recomendación. Solo unas hojas salteadas. Paréntesis. Charla con la amiga; las tres caras del individuo con cara de asombro; amiga recomienda un libro; habla, así; habló:
“ la existencia de los libros no solucionan ningún aspecto; la existencia de dichos libros inclusive, es una leyenda, suplementa nuestras faltas”.
Igual me dio un titulo. Ella estaba podrida de todo. Solo quería ir a las montañas o sierras “no lo leas entero comete al menos una palabra” escuche antes de irse “presta atención”.
Extraño. Raro. En el ajado libro encontramos la dirección exacta del hombre que golpea el yunque. Recorre nuestras respectivas columnas ficticias, un miedo; ya lo conocía Peres con ese y Mario creía. No Erica. Y yo menos. Alguien que esta en su lugar, me dice que lo esta suplantando, que él se fue a la feria: lo podes encontrar ahí. Lo ultimo que recordamos los tres, es como en espejo un volante sobre la mesa y su par en nuestro casi destruido libro. Leímos: “todo son por lo menos dos cosas” al derecho y al revés. Se quemó el duplicado del libro junto con las hojas, las tapas, sus dobleces, todo. Se sonrió el suplente. Vayamos a la feria; rajemos. Y ahora que?. Lo ultimo que podemos decir del libro es:
“los cenicientos despojos de libro quemado son volatilizados por viento feroz; el largo peregrinar de Mario, Alberto y Péres es seguido por docenas de seres imaginarios y una tertulia funesta aguarda a nuestra tríada de héroes con fauces abiertas, intenciones oscurísimas”. Peres pretende expresarse con mucha corrección a veces. Algunas anotaciones mas de y en su cuaderno América de tapa roja: “musita_ después de la angustia que siguió al vacío (producido en mi, catalizador por la charla con mi amiga) y adentrándome en una desesperación insipiente...”
o esta: “me propuse hallar ese libro al que ella hacia referencia. Me dirigí hacia la librería que aun ajena a mis tribulaciones satisfizo mi búsqueda. Estaba allí (como me había anticipado) ese libro ajado y casi destruido en la mesa de saldos. Emigré de dicha institución impulsado por mi curiosidad. El parque con su silencio contribuyo a la lectura. Lo abrí y no con poca ansiedad hojeé sus paginas como quien espera la solución a un antiguo enigma...” etc.
Me temo que lo de Peres ya no tiene solución.
En una caminata larga de mierda, fuimos. Llagamos por fin a la dichosa feria, que era un real galpón, grande, cuadrado, un cubo. Para entonces Mario sufría de aburrimiento, estaba un poco hinchado las pelotas. Del otro con “ese”, propio a su naturaleza, juzgaba un incierto equilibrio entre su metafísica incomprensión y el lúdico encanto de seguir a un gato por debajo del chasis de más de un automóvil.
Doloroso para los tres fue entrar. El día se hizo noche y la noche caca. El piso parecía cubierto por una película oleosa. ( Peres: quisiera aclarar, que las referencias a día virando en noche y esta en un despojo miserable son a mi entender observaciones obscenas e innecesarias que Alberto probablemente se vio forzado a hacer por aquellas inmanentes irrupciones, abruptas, que el futuro acomete contra el presente de la narración). Sentimos cruzar un portal fantástico, dijo Mario. Al sub. mundo, Peres. Unos portones grandes con rieles gruesos arriba; una cadena de eslabones algo desparejos, nada que llamara excesivamente la atención, nada que nos diera a suponer lo que iríamos a vivir. Mario esta vez salía de su estásis emocional, el fluido emotivo volvía a correr por sus venas. Se envalentonó, supongamos.
Mario: -los dejé. Recuperé estímulos. Ya estaba próximo a olvidar lo que sentía. Necesitaba irme.
Peres algo temeroso me pregunta en que momento es que se fue Mario. Yo fui el ultimo en llegar a este individuo de caras, igual creo haber comprendido, entonces, guío a explorar al hombrecito del nombre con “ese” a buscar al hombre del yunque.
La feria-galpón se torna en gruta. Laberinto. Vamos. No te separes.
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Los monstruos salían de las calles laterales. Algunos enfundados con gruesas pieles exóticas a nuestros ojos. Minitas palarmences, jóvenes modernas con lentes de carey y “tishers” rojas a rayas. Combinadas con blanco, el espectáculo daba miedo a Peres y a Mario (que no soy yo) lo ponía lumínico de gusto. Se sentía el estrés en el aire. Mascaban chicle y portaban recipientes con agua y pico vertedor, golosinas. SOHO. Holliwood. El horror del loco vende tutti; los guiños de las chicas de las lámparas; la bruma espesa de los muertos vivos, en ropajes de muertos, en ellos con vida de nuevo. ______________________
Y horrorosas estrellas de cine.
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Nunca encontramos al hombre que golpea el yunque. De lo que nos desayunamos es que su nombre es Tejo y que de su cuerpo no se sabe nada. Extrañamente las personas a las que preguntamos no sabían describirlo; ni informar sobre su paradero. Sin ir mas lejos… el único que mas o menos lo recordaba era yo: “el último en llegar a este cuerpo de rostros”.
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Me es imposible narrar que fue ahí adentro. Uno de los tres desapareció y al volver estaba notablemente cambiado. Yo guié a Peres por los pasillos mas oscuros; por porciones de techos destruidos, donde podíamos ver que el día se apagaba sobre la cuidad, caía la convención. Hubo corridas. Nos encontramos en el puesto de evacuación de dudas; había predicho Peres en su afán de hablar bien. Mario no estaba ya, y sin embargo acaba de llegar al punto de encuentro; le pega en la boca para callarlo. Salimos. Presente.
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Camino final. Es de noche. Andamos. A las pocas cuadras (se va empequeñeciendo la feria) nos topamos con un cartonero de color marrón. Estoy cansado (P). Mario lo ayuda con la recolección. Hablan. Vamos a acompañarlo en su viaje.
Final.
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Caminamos nosotros cuatro junto a la noche abierta y sin fuerzas, casi. Recolectamos kilos de cartón negro; pilas que se elevaban hasta donde perdíamos la vista. Sollozó pequeño Peres en silencio. Mario renovado hablaba mucho con el hombre de marrón y de sus hijos (los de ambos: y me acabo de enterar).
Pasó.
Más unas horas. Más tarde.
Sentí que cruzábamos una puerta, un umbral siniestro: solo la diferencia entre la capital y el primer cinturón del conurbano. Olor a mierdas.
Mario y su nuevo amigo “Lula” sonreían, habían decidido invitarnos a casa del nuevo. Amigo. Alguien se cortó con vidrio la yema de un dedo antes de cruzar. Chamamé y cumbia. En el kiosquito almacén pieza a la calle Lula compró vino y Mario aportó jugos en sobrecito y arroz blanco (varios paquetes a pesar de la oposición). Cruzamos la avenida central, dentro del pasillo 2, cerca del corazón de la manzana, la mujer, hijos... Aplaudimos a la esposa que salió con unos niños al correr la frazada gris y guardas de otros colores. No sé que hora era.
Mientras que en la garrafa, sobre una cacerola la tapa y dentro el guisito calentaba, Peres pidió el baño y fue. Mario y los críos mayores de Lula y su mujer Martina y yo, tomamos vino. Amigo comió por fin.
Cuantas horas se pasan tan rápido?. Que tanto frío se puede mitigar con la misma garrafa?. Paredes finas, plantas en todo el patio. Mantel de hule. Pronto los pibes se fueron a dormir y los mas grandes al baile.
Peres volvió tiritando un poco del ñoba, en la lejanía del patio de piso agrietado. Se le dio vino. Escuchamos muchas cosas. Un poco de música de un equipo de audio sony.
Antes de irnos (ya estaba por amanecer) sonaron los abrazos sobre las espaldas de los tres hombres, Peres jugó con un perro, el perro lo atacó, ladró, se disparó un arma, nos enteramos tarde.
La luz azul que gira llegó de día ya; ya estaba Lula yéndose a laburar y nos despedimos con el sonoro. Mario, Lula y yo.
La Martina preparaba mate cosido para todos, como para el pendejo que muerto quedó ahí ella había hecho en la madrugada. Y eso le pasó.
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Tango:
Entendés pibe?
Cuando la cosa viene turbia, engatusa la zabeca y enroscáte el cuore.
Y, pensá. Cuanto frío hacia?. Pensá. Nos fuimos.
Como se nota que sabemos un carajo
y que los días pasan entre cachos de gentes; atravesándolos.
Ahora quedamos dos. Pero mañana vamos a ser uno.
Si hasta vamos a consultar la cierta con el tarot. Enteráte
pendejo flojo.
Que hora era?. 
y...
Que hora es ahora?.
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FIN.

martes, diciembre 02, 2008

Gambit _txt antiguo sin modificar y por mi fetiche de las terminaciones en "T"_


Hay algo raro en mí.
Siento las cosas de una forma rara. Lo que experimento me sorprende; soy un extraño que me habita podría robar, un dolor de otro. (Robar de nuevo). Quizá estoy enfermo y solo sea eso lo que me produce la extrañeza: una enfermedad nueva que solo yo vivo, que todavía no se masificó. Realmente no sé. Me masturbo mirando fotos pero lo que me calienta es otra cosa, una sensación de historias que me invento y que no podría narrarlas. Asocio el cigarrillo con el placer, con el sexo explicito, con la atmósfera de un acto amatorio y con los recuerdos emotivos y con la perversión de escenas en el cuento: algo orgiástico. Quisiera escribir solo de mí. Una biografía de cosas que siento y en los extremos, algún padecer, alguna muerte inclusive. Se podrá contar morir?. Definitivamente soy raro. Algo salió mal al concebirme. El freak que soy salió por la mañana y se encontró hundiendo sus dedos en el bolsillo y encontró un papel arrugado que decía esto: no vas a ver más este papel. Y tenía razón. No se como lo perdió, o se le cayó cuando pagó el paquete de puchos. Me asusta. Por alguna razón, no puedo leer más de tres líneas seguidas a Pessoa (en verdad casi a ninguno). Trato de destruir los géneros literarios escribiendo porquerías y blasfemias por todos lados. No trabajo, abandoné la secundaria, no tengo pareja, un solo amigo… ah! Y no sé quien me parió. Monóno detalle que ya me olvidaba de poner. La sinceridad es un merito o una condena?. Siento que es como ponerse una soga al cuello y esperar… mucho. Me parece un juego raro esto y lo otro, una ironía fastidiosa de algún sádico. Pero divierte. Quien tendrá sentido a la final?. No se deja de ser “yo” aunque se escriba de otro, viste?. La novela empieza como contesto el teléfono: si. Pero ahora es: si?. Te cuento una cosa, dale?. Soy raro. Veo posibilidades de ser otro en cada cosa, elegí hace mucho, no entender nada. Quedarme un poco afuera del mundo para estar de verdad en él. No hice bien, creo. Fracasé, en todo. Tampoco terminé la Nausea. Que animal, me venia gustando.
Bache para perderse.
Detesto los gerundios y los uso porque me suenan a coloquial y eso, me gusta tenerlo en cuenta. Creo que a la traición no hay con que darle y es así que me traiciono cada vez que puedo en cosas menores. Soy de Boca pero hincho por central.
Bache para encontrarse.
Alguien se imagina la vida sin los Simpson?. Vería bien que a una generación la llamasen generación Simpson. Eso me hace un enfermo o un fan. Y lo digo en serio. Ahora sí me estoy yendo a otro lado. Uno donde las leyes de la naturaleza se suspenden y quedás ahí, en una especie de limbo. Un limbo que siempre estuvo en ese lugar a la espera de que uno llegue. Tengo tantos nombres como luces en la ciudad. No maté a nadie pero lo deseé. Soy tan normal como raro. Sacarte un ojo con una cuchara y mostrarte el resultado al ojo restante y regodearme, pensé. Untarlo con dulce de leche y hacértelo comer. Tanto odio hubo en mi. Morbo. Y hoy estoy tan cansado de tener que soportarme. Más que nada en cuanto a lo extraño que me siento de ser quien soy. Incluso no se si la imagen de los ojos es mía o la recuerdo por expresar lo que sentía yo antes. Derechos de autor a quien lo merezca: la sentencia de un tuerto en un planeta de ciegos. Pelotudez. Todo es literatura pero solo en una parte diría en algún libro malo-bueno. Que no voy a leer. Todavía me queda el gesto de quemar un libro para exorcizar el método destructivo. Uno solo en un pozo así de chico. Acordarme de vos para hace tanto dolor. Somos raros loc , los humanos.
Mi nombre hoy es: Gambit.

sábado, noviembre 29, 2008

historietas

Me cuenta un cuento.

Me inventa una complicación para ofrecerme al final la solución esperada.

lunes, noviembre 24, 2008

C_ INCONCLUSA

Cansancio: El ultimo sello del último infierno. La lucha perdida por los derechos perdidos.

Azul, en Azul un hombre mató por amor a más de tres personas y fue el primero. El primer asesino múltiple de la Argentina. Lo hizo por cansancio, no por otras razones. Realmente El amor no tiene; no las tiene. Destruir es una manera de crear sentido. Esto fue lo que dijo, él, en cuestión, ya en la cárcel de Trelew. Recién ahí supo lo que había hecho, entendió lo hecho. Y parece que es como funciona más de un cosa. Tal vez sea el negativo de una energía primordial. O el eco de algo que no nos atrevemos a vivir. No lo sé. Especulo varios problemas de los que no voy a hablar ahora. Se me impone una Barrera de razones y un amor al cansancio.
La fe sin presiones; el dolor fingido.











Periódico “A LAS TRINCHERAS” del 30 de mayo 2006. Nota de autor anónimo J.C.C.

martes, noviembre 18, 2008

soy un degenerado


suelen haber más cosas de las que podemos imaginar aunque de más chico pensaba que cosas faltaban… que hacia falta crear o descubrir
Si pudiera entender el bien tanto como creí hacerlo con el mal
seria mas fácil o llevadero: no sé si esto es pregunta. Y las pesadillas llegan en el momento justo
las veo venir jactanciosamente_
Los niños son bellos y saludan por las ventanas de un camión
devenido en tren feliz
me pregunto a veces cuantas formas de decir no complejas se pueden usar antes de repetirse y si tiene algún impedimento que suceda, justamente eso a cada paso de la mente en el mundo; etc
que es realismo?

viernes, noviembre 14, 2008

70 y 2000 santos lugares_ la versión de Oxigeno-Caramba


me asaltan emociones fuertes / penetro en estados alterados

la luz se achancha entre las paredes de mi vivienda

agoniza mi plantita nueva.

tranquilo indio, tranquilo

a mi me digo.

dejen de fumarrrrrr, tanto

che

les digo no a mi.

el aire…

y podría seguir así enumerando, eternamente (no sin esperanza, claro).

dejen de robar al menos por dos años

no sean hijos de puta

pienso: habría que inventar insultos nuevos menos ofensivos

para con las pobres trabajadoras prostitutas que nada malo hicieron o ni hiciste vos

aquella profesión… que raro suena decirlo así, que me dió tantos placeres cuando joven

dos pendejos que no saben lo que hacen

que llegan desde la otra estación y alucinan, creo que se dice ahora, con los cuadros

con el ogro dormido

y en el silencio: el anonimato.

Vayan a saber que drogas les meten, en sus cuerpitos. Pobrecitos.