viernes, mayo 28, 2010

ParlaMar_ parte 15 de Librito...



no sé si somos humanos
pero seguramente no moluscos


me pedís que ordene a los pulpos
que te aprieten
_ te envuelven en un erótico abrazo
múltiple _

soslayadas intervenciones
poseyéndote
lógicos movimientos tentaculares
sostiene mi vista

me exponés tu deseo de evitar
que completen su placer

puedo imaginar
pequeños falos rígidos
deseos habitualmente oscuros

los expulso fuera

alejados

de tu pequeño cuerpo


tu ser
satisfizo
amarme

lunes, mayo 24, 2010

A Bs As _ 1:0 _



Jugás a ser mujer.
eres
una niña.

hay tanta buenos aires
que me falta
conocer

la amo / ala sucia

la camino
descalzo
ecléctica
cuidad


poem pa


te flore c    la flor   desde tu pelo
a través del pulpo malo   alojado allí
desubicad  de posibles penas tendrà    quien sabe
y tus lagrimas se acabaran mañana
se cerraran las aguas del llanto
porque sale el sol
velo
y entran los griegos 


domingo, mayo 16, 2010

Domingo_ parte 14 de librito...

-->
quien eras vos?
Como te llamabas?



El escritor con la pelela en la mano se pasea por los mosaicos de la ribera de un río 
encausado por murallas de fina grisácea fina constitución cementada
fina muralla contenedora
efectiva
fina pared
se pregunta: quien eras vos?
Como te llamabas?
Se ve en el reflejo del agua
del río
del cause
piensa. Se ríe. Llora.
A lo lejos_ El hombre esta sentado sobre una piedra hermosa
de color impreciso
bella
y él
lo ve a la distancia con algo de envidia, supone. Coraje, es entonces, lo que
lo decide a andar. A ir. Hacia aquel. En una maquina fantástica
parecida a una silla de ruedas.
va.
Se cruza un puente elevado. El cielo no dice nada. Avanza.
La imagen del fondo.
De día llueve. Por la noche se oyen cantos. 
(él no teme).

jueves, mayo 13, 2010

Terquedades _parte 13 de librito...




calla


mejor


antiguo militar






no vaya a ser confundido


por vez milésima


por el encanto roto






dolencias. más. derramadas.







 

... y una chicha, alimonada y bella

mujer de futuros frutos

te dije

te contaría

fue capaz de soñar el encuentro así:


abrí la puerta a mi sr.
mi amado. Yo desnuda ante el,
lo esperaba ansiosa. Ël
trigueño claro, inconfundible
entre miles de hombres.

 


sábado, mayo 08, 2010

diria una cancion de estados unidos _ parte 12 de librito...


Juan Filloy



Gavilán era la marca de cigarrillos que fumaba del 15
a fin de mes
de cada.
Encendió un pucho para tapar el olor que había hecho.
Hola: - la lengua lame las laminas que laceran la lava del labio; lo lindo de la cosa de lidiar con alas, lo bueno, lo luminoso y lo loco que es.
Saltan las paladas de su cabeza
llenas de palabras
que se dice
en el pasado, a si mismo. Loco como la tuba borracha que jamás tocaría,
por ser esta ( instrumento infame si los hay ) una cagada de sonido sonso y militar. Para él,
imposible de relación.


En la estación
en la ruta
quedan
su aroma impreso
el libro escrito por su parte trasera
el recuerdo prendido y consumido

viernes, mayo 07, 2010

melancolic_ parte 11 de librito...



de bottija
iba con la moña
y fideo s
comia
de mi madre
linda
*bonita inmigrante
de allá
las europas


zarpetti de uruguashidad rrocha !!!

miércoles, mayo 05, 2010

III _ del libro: España, Aparta de mí este cáliz (1937) _ César Vallejo

Solía escribir con su dedo grande en el aire:
«¡Viban los compañeros! Pedro Rojas»,
de Miranda de Ebro, padre y hombre,
marido y hombre, ferroviario y hombre,
padre y más hombre. Pedro y sus dos muertes.
Papel de viento, lo han matado: ¡pasa!
Pluma de carne, lo han matado: ¡pasa!
¡Abisa a todos compañeros pronto!
Palo en el que han colgado su madero,
lo han matado;
¡lo han matado al pie de su dedo grande!
¡Han matado, a la vez, a Pedro, a Rojas!
¡Viban los compañeros
a la cabecera de su aire escrito!
¡Viban con esta b del buitre en las entrañas
de Pedro
y de Rojas, del héroe y del mártir!
Registrándole, muerto, sorprendiéronle
en su cuerpo un gran cuerpo, para
el alma del mundo,
y en la chaqueta una cuchara muerta.
Pedro también solía comer
entre las criaturas de su carne, asear, pintar
la mesa y vivir dulcemente
en representación de todo el mundo.
Y esta cuchara anduvo en su chaqueta,
despierto o bien cuando dormía, siempre,
cuchara muerta viva, ella y sus símbolos.
¡Abisa a todos compañeros pronto!
¡Viban los compañeros al pie de esta cuchara para siempre!
Lo han matado, obligándole a morir
a Pedro, a Rojas, al obrero, al hombre, a aquel
que nació muy niñín, mirando al cielo,
y que luego creció, se puso rojo
y luchó con sus células, sus nos, sus todavías, sus hambres, sus pedazos.
Lo han matado suavemente
entre el cabello de su mujer, la Juana Vázquez,
a la hora del fuego, al año del balazo
y cuando andaba cerca ya de todo.
Pedro Rojas, así, después de muerto
se levantó, besó su catafalco ensangrentado,
lloró por España
y volvió a escribir con el dedo en el aire:
«¡Viban los compañeros! Pedro Rojas».
Su cadáver estaba lleno de mundo.