jueves, junio 10, 2010

cuento sereno‏

predilección por la sencillez en el diseño. el arma de funcionamiento simple sobre la mesa de luz esparce destellos de color agradables a la vista valiente. no es mi caso. no hay la decisión tomada ni la valentía necesaria. pero sobre todo
no hay guita que me compra la muerte. ni la salida obligada. no. la reconocida historia es esta: no pude juntar las cuerdas en mi cuerpo
para no tener a Matu ( que esta ya en esos días en que los niños se proyectan guerreros de un grupo de élite o algo aun más, antes de olvidarlo todo por una niña que quiere amar y ser libre y que
querrá que él sea
guerrero ante la vida y sus horrores
y nada de guerrero de élite que es lo que tiene en mente y no la guerra real y no
la vida acompasada de los puros de creencias y no. no. aunque, que se yo?).

mi mujer me dejó. para que negar?. no pondría decir que no la vio venir. puedo decir que me volqué al típico desinterés que me acostumbró y me fui domingo tras domingo a salidas sin átomos en la cabeza; me rajaba a unos encuentros de naderías con mis mejores jins y con remeras que difícilmente usara en casa. para ella. para ir a comer a casa de su madre; u, optando por una arma de simple uso, de sencillez en el diseño
que de reflejos agradables en la luz que se cuela a través de una persiana
que se traba en el justo medio cada vez que alguien intenta algo extremo. algo olvidado deenserio.
lo supe querer. la ame, locamente. me entregue como a mis enemigos en la retirada. me deje doblegar por sus amorosas miradas. me presioné para el lado equivocado, tal vez.


1 comentario:

Anónimo dijo...

me mata este texo
no se que agregar, porque lo leo y me da montonces de cosas.
montones...


soy tam.
pero aca me dice: anonimo