jueves, julio 29, 2010

a lo largo de la tarde _ Y: ensayo un ejercicio _


El chiste se llama: comida de oficinista; está fresco para chomba. Aunque bien podría llamarse: el gigante sanguche de jamón y queso en la ventolina fría seca que llega desde la patagonia y cubre la cuidad en una neblina blanca mientras especula la democracia en convertirse en un montón de normas que solo ordenan en apariencia los modos y costumbres y con su smoking de actitud
se
para frente a la góndola y elije
.



Tiendo a la fábula
vio?

  
cuando era un pendejo y en la puerta me sentaba
a objetivar la vida y del cielo creído caían perlas de un color que no podía precisar pero dolían en mis espaldas poco duras
y hombros caídos tenia, también Y de los ojos no querían salirseme lágrimas y tedios, pero brotaban como agujas en los pies al caminar Y la renuncia abusaba de mi y hundía sus sueños deportivos por el fango de la vergüenza Y el equipo de atletas me veían de costado, pensaba, pensaban como grupo: quien es ese estupido nenito?. Jugaba a saltar los acantilados de lado Sobre las paredes de los edificios y casas Con mi autito predilecto y Ensuciarme con el agua podrida cercano el cordón de las veredas y el recuerdo no era moneda corriente y no pensaba siquiera en escribirlo alguna vez Y me armaba de historias representadas con pequeños juguetes y como se dijo: nadie había muerto
... y no te había conocido
No había depositado placer y deseo alguno entre tus poses y tus piernas o quizás no
o quizás
una señorita muy aseñorada que va por el parque y le teme a las hadas
que va por el mundo y se pasa de calle
Que se ama y me ama
que ya no teme que ya no come
mierda de hombres
que come bien y con gusto
que no
no me toca de menos
que no teme quedarse sin nada o
oh
cuando no dudaba del amor que me tenían
felices eramos

No hay comentarios: