La señorita Voi se levanta con los ojos hinchados del llanto de anoche. Esparce polvo de pétalos de flores,en el camino que la lleva,(que va,) desde su cuarto hasta la cocina. Preparan sus manos un desayuno digno de un monarca. Se sienta ante el abismo de la silla azul y espera. La noche de anoche hubo de cerrar el libro vencida por la fiebre, la desesperación y el tedio (de que las cosas no cambien por si solas). En la tarde, se la supo ver vestida de un unico color y decirse: “Cepilla el cabello de la muñeca que cuando chica dejabas dentro del armario, y sigue el rumbo”.
Cada decisión que tomaba parecía caer en un volcán para elevarse al cielo pasado un espacio de tiempo, prudencial. Ella las veía caer flotar un poco y yacer al fin.
Segunda noche (presente):-
“Hay tanto material, tanta mercancía allá afuera,
pero no esta lo fantástico ahí, esta en que
también, hay personas y mentes;
y cuerpos.
Ahora”.
Estoy _muy cansada para llorar.
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