Mi querido Fortunato:
Saludos desde la tierra devastada. Comprendo lejanamente que tus consejos (tus apreciaciones) no son de los mas agudos, ni tus juegos inocentes. Sin embargo, eras el mejor, hasta que, te dejaste arrastrar por el sexo y las drogas.
clarividente
inspirado:
“Comes mandarina
abnegada trabajadora
esperando a tus clientes.
Mi esposa: mi mujer: mi literatura,
está cambiando.
Está como el colectivo, como el rati,
fuera de linea.
Mi padre se llama Sonia; mi madre Jorge. Amo que me acunaran con humo de mariguana.
Desde que se dedicaron a la sexualidad alternativa mi suerte cambió.
Las fiestas y los gansos nunca faltaban; El Amor a los escrotos, y la ley pareja.
es por todo esto
mi amor
a
dió.”
Dejo en evidencia con tus bellos pasajes lo dicho más arriba, y con el sostén de unas pocas palabras, en evidencia mi incorruptible admiración.
ATHOrino.
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