¿Cuál es el colmo de la miseria?
Supongo que se refiere a la miseria del alma... la económica nunca la pensé más que cuando a una amiga de la infancia, muy rica, sus padres la echaron de la casa y los míos me reconvinieron con un "es mejor estar siempre abajo, de arriba uno cae mucho más fuerte..." Miseria es –creo– darse cuenta de que uno es nada, nadie... que no hizo nada, que no hace nada bien, que todo lo que hace no sirve... pero también pienso en miserias terribles, las chiquititas, por literarias, la de no tener estilo, la de no tener don y la mayor: la de no tener amor.
¿Con qué errores tiene la mayor indulgencia?
Obviamente con los de ortografía, me enojo si no saben quién es Libertella pero no por un error ortográfico, tengo muchos.
¿Cuáles son los héroes de novela que prefiere?
No me gustan los héroes, no me gustan casi las novelas... o me gustan esas novelas que no son novelas y esos héroes que no son héroes... como los de las autobiografías de grandes... mis rusos muy rusos que son polacos, checos, lituanos como Mekas, ucranianos como Morgenstern o el Abi Vaiter del abuelo de Martín Glozman y Jack Fuchs... Héroes sólo son algunos de mis amigos: Libertella fue un héroe de la vida, Nicolás un poco... Hugo...
¿Cuál es su personaje favorito de ficción?
Detesto la ficción, no me gusta que me entretengan ni que me digan cómo y con quién hacerlo. Un desconsolado quiere seguir siéndolo, la ficción consuela... Todo eso lo dijo Néstor Sánchez... Yo quiero una literatura que sea verdad. Como la gran autobiografía que se llama Poesía y verdad.
Quizá mis personajes favoritos sean, mis amigos lo saben, Jorge Panesi y Daniel Link.
¿Cuáles son sus heroínas favoritas de las vida real?
Mujeres?... no divido al hombre en varones y mujeres... somos marcianos y serbias, como me dijo mi heroína-amiga Perla Sneh el lunes, que a veces nos encontramos y es el milagro... eso último es un poco de Tsvietáieva. También tengo una amiga favorita serbia, Liliana Popovic, que es tan mala como yo.
¿Su músico favorito?
La música si me gusta me desespera, no puedo vivirla sola, es como un chocolate, o un helado que no sé disfrutar sola... (La cerveza y el vino que acabo de tomar hacen que esta pregunta me haga llorar un poco).
¿Su cualidad preferida de los hombres?
La bondad. "Quiero hombres buenos como de pan"... eso decía, creo, en Toda avaricia... Y Babel me vino a confirmar años después: "Un hombre bueno siempre tiene razón"... aunque por entre la niebla me doy cuenta de que la frase de Babel es "Un hombre alegre siempre tiene razón"... Sus personajes reales son hombres buenos, eso me confundió...
¿Su cualidad preferida de las mujeres?
La belleza... me parece... En el Diario de Pizarnik dice algo así como que "podemos escribir bien pero lo que necesitamos inevitablemente es ser bellas"... lo cito de memoria, es tarde para citarlo textual.
¿Sus autores favoritos en prosa?
No separo verso de prosa, tengo muchos autores favoritos: Shklovski, Tsvietáieva, Shalamov... tantos enormes rusos, cronistas de sí... no hay otra cosa para ser ni para hacer. Zelarayán que me devolvió a Entre Ríos... Castilla... Wernicke... las frases de Osvaldo Lamborghini, las prosas de Leónidas (la sorpresa de Trento, de Un amor como pocos, La experiencia de la vida), Groppa, la locura aniñada, naif, de Hebe Uhart, la entrevista de Noemí Ulla a Silvina Ocampo, la lengua propia y moral de Raschella, el hombre oscuro que es Damián Ríos (¡Qué también es gurí de Concesión! como dice La piel de caballo) y el desafuero de Federico Damiano del que no me gusta todo y el hermetismo precioso de Claudia Schvartz y el “todo” de Juan Fernándo García, tan cerca de mi Alles ding y la inteligencia de Alejandro Sosa Días y de Luis Thonis a los que les sobra cabeza, y las aguafuertes de Arlt, ´un escritor para hombres´ –como me dijo el gran poeta que es Jorge Quiroga, mi primer editor–.
¿Sus poetas preferidos?
Gerchunoff y su realismo judío, siempre me pregunto cómo leen los otros lo que yo leo… Mastronardi, Gianuzzi, muchos, muchos. El aire de la escritura y la postura de hacer lugar al otro de Hugo Savino. El último Puig que se me antoja casi Beckett... Y toda la correspondencia de casi todos los grandes, de Passolini, de Gombrowitz y Gomez, los diarios de V. Woolf, porque iba a Londres para hacerse tapados, como me decía Nicolás Rosa… La literatura argentina que no es campo arado como Música sentimental, las charlas de Mansilla, los pedazos de Fray Mocho y César Tiempo que equivale a decir: “los poetas son judíos” –como dice Tsvietáieva y algunos pretenden no entender–. Y prefiero las lecturas que me pasa Hugo: Arenas, García Vega, Leonor Picchetti. Y las obras que me van a dar Oscar Blanco, Daniel Talio, y Sergio Rienzi. Y el Crack up que me mostró la inteligencia única del escribir de Milita Molina. Y las geniales prosas geniales de Esteban Bértola y Andrés Monteagudo con las que uno se hermana si se pudiera. Todos Relatos de un cazador.
fin de la primera parte
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