El niño juega. Esconde en una caja metálica un
objeto preciado. Precioso.
Se dispone el éxodo a un paisaje salvaje.— Violines
entonan una melodía emotiva o diáfana.- Ahora corre. Él niño vivencia su vida
como una película. Velozmente. Corta,
la reproducción de vida de tan, tan pequeña duración
de experiencia.
Niño salta
en el lugar. Expone al aire un objeto inanimado.
Se viste de personaje secreto. Escaleras
arriba será la final.
Expone la sonrisa al aire que lo mira. Canta. Y
luego baila un poco.
El niño, recuerda el objeto guardado en la
caja y cree ser un objeto adentrándose en una caja
El salvajismo de la empatía bruta
A dios gracias
Juega el niño a matar a la humanidad a ser
gente a ser parte
Se abre el telón y llega la magdalena en una
bandera enfundada vestida de colores históricos A todo el mundo se le llenan las
visuales de líquido turbio
Y pronto Entonces El niño se desviste de
colores fatuos
Escala el rio y el lago y la piedra Y llega a
donde los besos se reproducen sin tensión
Llega al lugar
Gana
por
goleada
Esta vez
El niño
Abraza a un espectador
Besa
su camiseta
Mas que feliz
Alegre.
No tengas miedo.
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