domingo, mayo 12, 2013

Inter.4 _ txt viejo sin modificar _

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Camino final. Es de noche. Andamos. A las pocas cuadras (se va empequeñeciendo la feria) nos topamos con un cartonero de color marrón. Estoy cansado (P). Mario lo ayuda con la recolección. Hablan. Vamos a acompañarlo en su viaje.
Final.
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Caminamos nosotros cuatro junto a la noche abierta y sin fuerzas, casi. Recolectamos kilos de cartón negro; pilas que se elevaban hasta donde perdíamos la vista. Sollozó pequeño Peres en silencio. Mario renovado hablaba mucho con el hombre de marrón y de sus hijos (los de ambos: y me acabo de enterar).
Pasó.
Más unas horas. Más tarde.
Sentí que cruzábamos una puerta, un umbral siniestro: solo la diferencia entre la capital y el primer cinturón del conurbano. Olor a mierdas.
Mario y su nuevo amigo “Lula” sonreían, habían decidido invitarnos a casa del nuevo. Amigo. Alguien se cortó con vidrio la yema de un dedo antes de cruzar. Chamamé y cumbia. En el kiosquito almacén pieza a la calle Lula compró vino y Mario aportó jugos en sobrecito y arroz blanco (varios paquetes a pesar de la oposición). Cruzamos la avenida central, dentro del pasillo 2, cerca del corazón de la manzana, la mujer, hijos... Aplaudimos a la esposa que salió con unos niños al correr la frazada gris y guardas de otros colores. No sé que hora era.
Mientras que en la garrafa, sobre una cacerola la tapa y dentro el guisito calentaba, Peres pidió el baño y fue. Mario y los críos mayores de Lula y su mujer Martina y yo, tomamos vino. Amigo comió por fin.
Cuantas horas se pasan tan rápido?. Que tanto frío se puede mitigar con la misma garrafa?. Paredes finas, plantas en todo el patio. Mantel de hule. Pronto los pibes se fueron a dormir y los mas grandes al baile.
Peres volvió tiritando un poco del ñoba, en la lejanía del patio de piso agrietado. Se le dio vino. Escuchamos muchas cosas. Un poco de música de un equipo de audio sony.
Antes de irnos (ya estaba por amanecer) sonaron los abrazos sobre las espaldas de los tres hombres, Peres jugó con un perro, el perro lo atacó, ladró, se disparó un arma, nos enteramos tarde.
La luz azul que gira llegó de día ya; ya estaba Lula yéndose a laburar y nos despedimos con el sonoro. Mario, Lula y yo.
La Martina preparaba mate cosido para todos, como para el pendejo que muerto quedó ahí ella había hecho en la madrugada. Y eso le pasó.
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Tango:
Entendés pibe?
Cuando la cosa viene turbia, engatusa la zabeca y enroscáte el cuore.
Y, pensá. Cuanto frío hacia?. Pensá. Nos fuimos.
Como se nota que sabemos un carajo
y que los días pasan entre cachos de gentes; atravesándolos.
Ahora quedamos dos. Pero mañana vamos a ser uno.
Si hasta vamos a consultar la cierta con el tarot. Enteráte
pendejo flojo.
Que hora era?. 
y...
Que hora es ahora?.
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FIN.

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