viernes, octubre 23, 2015

Reproches del Tiempo.



Delicia; un hacedor de pan. Lo conocí de casualidad en un festival de música de verano que organizó el gobierno de la ciudad de buenos aires, el pasado enero. Me miró de lejos como me acercaba yo a la reunión de almas deseosas de buena onda y de música rock fusionada con jazz en el físico de un impersonal artista que en los afiches vestía una camisa blanca y una cara de opa de esas que cuesta dejar de ver. Comunico: el panadero me mató a penas lo vi. El todo es mas que la suma de las partes. Manos ágiles pero firmes, noble persona, etc. Mientras pasaban los minutos mi gusto por él se incrementaba. Llegado un momento creí que si se me acercaba mas me le iba a tirar encima. Así de loca, me tenia.

Reproches del tiempo.

Nueve semanas mas tarde, Agustina lo pensó mejor. Estaba completamente enamorada. Es decir, no pudo pensar demasiado. Estaba acostumbrada a otro tipo de hombre, cualquiera de ellos que hacen sentir a las mujeres que son unas geishas, o peor; en vez de estos extraños especimenes, aquellos que las atienden como reinas. Y Lucio, era uno de este ultimo grupo selecto. Lucio sabia como transportarla del cielo a una eventual carrera barranca abajo a toda velocidad si dejarla nunca, sin largar-la a la buena de dios. También sabia cuando hacerla sentir puta; su puta. (maldita tendencia, culposa, de sentirse putas.
(o) Entregarse a una misma).







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