sábado, enero 07, 2012

"Vivito tinto" no sabe de amor




Goteo. Golpes en la  puerta de calle. Los televisores encendidos de furia alterna. Los ojos abiertos, muy, a los fogonazos en el aire. (Espeso). Patadas voladoras irrumpen como alubión, como estocadas precisas en los cuerpos impávidos; (dos luciérnagas muren en oriente medio,) apagado su brillo. Él, observa vestigios tenues através del humo y la confusión. Juan Remedios ahora sale por una lateral creativa y manda mensajes de textos a todo aquel de su lista de contactos; intenta descalibrar todavía más violentamente el agrietado plan. Llora. Más luego: canta. Hay quien teme un suicidio; hay quien teme cualquier cosa. Reincorporados entes sucumben ante la renovada materialidad y escapan. Se oye en el aire: La vela amó su resina.


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