sábado, julio 23, 2016

... DISPUESTOS ...



La maratón terminó y pensamos que 

ya que estábamos ahí, no nos vendría nada mal 
pasar por el cementerio. Doce del mediodía. Más teniendo en cuenta lo de las pelis y la mina de vestido, una que aspiró a lo relevante y se mandó a ver a sus antepasados después de 12 horas de películas de vampiros y sangrías. (Sonreírse por tal demostración de humor autóctono y no. NO SE PORQUE LAS SEGUIMOS mea causa, tix)



Decía, la seguimos; decía la seguimos; decía la seguimos al cementerio; decía la seguimos al cementerio en un acto nada feliz, ni medido; sí; si no más bien, instintivo y disculpen, atendible. Como decir: si se tiene en cuenta la información suministrada. Todo, incluso lo callado: Atlas recoleta. Seis pesos. Como siete, ocho films. Medialunas incluidas, salidas permitidas, regresos igual.


Cansados y alterados mentalmente, nos mandamos tras la señorita a por los pasillos. Cansadas las neuronas por exceso de sangre y actuaciones deplorables. (Ya los quiero ver a ustedes verlo cantar a Rolo sin bigote; un espectáculo sublime) ... y al concluir una veloz lectura de Blake frente a la casita de los muertos adinerados, del paisito podridito que es éste


Caminamos como borrachos ya en las fauces del monumental de los cadáveres recoletos. Envidiamos su capacidad de aparición y de evaporación. No nos hubiera causado gracia que nos sorprendieran acosando, dos barones, a una inofensiva señorita tan aristocrática... 


Oh! sorpresa
La señorita que me has marcado, desapareció!
...
¿O acaso es mi maltratada vista,
nuestra amistad falsa, sorpresa?.
...
Cuanto de dispuestos hay que estar para morir y no largar sangre. Para seguir a la bella muerte y ofrecerle la pequeña ilusión que nos debe quedar. Y no esperar nada, ni bueno. Y no porque falten razones o ganas, si no, por puro cansancio acumulado. Divertido.




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