Calor. Mucho calor. Desperté con un tenedor clavado a un lado. Disposiciones de estampas japonesas, alfombraban el suelo: cuarto en algún hotel económico. Ella dormía al lado de un televisor viejo, encendido, donde la noticia de un atentado suicida cubría cada uno de los minutos. Tardé en recuperar el pie (estar de pie para hacer algo). Saqué con cuidado el tenedor. (...un poco). Mire el estado de la imagen frente a mi. Desde la ventana entra un sol mezquino. Cómplice. Quiero averiguar por qué estoy en bolas. Tapar con un trapo la herida. Ahora, veo, q el colchón, es, una laguna de mi sangre. Mareo.
Saco el tenedor de una. Agarro un cigarrillo y voy hasta el baño. Intuyo un rayo de necrofílico deseo en la placidez de su sueño. Limpio la hendidura con agua tibia. Salgo. Busco el fin de mi ropa (su deposito); la vestimenta y el ropaje q la noche anterior formaba parte de mi presencia, en lo q arranqué a llamar
internamente "El suceso".
El suceso se habría dado entre las 23 30 y las 3 15. Restos de alimento informe sobre unos platos descartables, impedían
el recuerdo de la compra o, la direccionalidad nutricia del gesto. Podría ser hummus. Si hubo de ser así, el camino me fue
preciso: Fuimos al barrio chino, dimos vuelta por la calle tal; y nos metimos en el local de nuestra preferencia (escaleras arriba). Le habría mirado el culo mientras subíamos (habiéndola dejado pasar, mas, por esta razón, q por el acto normativo). No, no hace calor...
es la respiración del mármol sobre la piel tersa de una niña recién muerta. Pensaba
en el relato q estaba por publicar. (No era muy bueno pero, en estos tiempos, se publicaba casi cualquier cosa, aunque pueda ser buena, incluso). Los cuerpos pesaban. Hacia calor posta. Laboriosamente me vestí mirándola
en el suelo. Me dio la impresión de q soñaba con algo turbio, sin odio, y, con notable satisfacción. Sin embargo, la disposición de sus mesmedades no ofrecían respuesta a un acto de violencia tan inusitado en general....... mas q para ella. Lo q?. El tenedor estaba clavado de centímetro y medio a 2. Dentro de mi piel. El charco-laguna era de mi sangre porque, la suya, estaba entre sus piernas, al rededor de mi pene y sobre el tronco (veteado). (Marmolado) también estaba yo recuerdo casi como un grito.
Logré, con esfuerzo poner una pierna dentro de uno de los agujeros del jean. Todo el ropaje se había acomodado en un prolijo bulto junto a una botella casi vacía de ron
y unos cuantos restos sin fumar
algunos con rush y otros
con la falta de rush. Y de olvido. Y de conciencia. (los míos) Y
del alivio consiguiente. Fragmentos de imágenes. Ella?
meando entre dos autos (plena calle) noche abierta Gambas
a la luz de la puta
luna para todos igual
pero no. Q carajos creíamos q eramos? No, si; sino fuimos iguales a nadie
casi nunca ni menos
esa noche. La cosa era
q ella
era la diosa
q uno querría para su vida.
(puntos sus suspensivos..)
Reynols - 10.000 Chickens' Symphony, Part 1
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