miércoles, noviembre 30, 2016

Carmelo Hotel Odeon





Carmelo se llamaba Juan. Y es portero, encargado de un edificio cito en la calle Suipacha de CABA, en la argentina. Motel Fetish. Hotel Odeón. Lo q lo hace artístico es la in-definición. Como cuerpos pintados con sangre. Yogurt esta ampalando a tu hermana, se oye entrar por el ventanal de par en par abierto q deja ver. En un rincón, las cajas con cosas adentro. Estira el entendimiento hasta perder la calma. Defeca. Fuma. Carmelo obtuvo el nombre (apodo) por el color de la tintura q usa. Carmelo sonríe mucho. Sabe guardar secretos. No me acuerdo de q cuerpo salí, me dijo, cierta vez.

Como cuerpos pintados con sangre. Como una imagen imantada al ojo. Doliente. Dolorosa. Una queja q reposa en el suspiro roto. En el cráneo redondeado del susto de ayer. Atiza la brasa y canta. Esta de medias y a gatas. Camina cadenciosa por la pieza. Las piernas juntas. Echa el humo. La roza el viento cálido de la noche. Se le erizan los pezones a pesar de la purpurina dorada. El cielo degradado.

Chupará de la entrepierna. En eso irá la vida. Silente se posa sobre los muslos del asesino. El humo del jashís infeliz o triste estacionado pegado en los libros forrados de rojo. Es hermoso. Hermoso. Huele a sexo. A rush. Porno 14. Carmelo hace bromas sutiles hoy. Tiene puesta una camisa blanca y un pantalón azul. Anda en patas. Saluda a los vecino. En la pieza del tercer piso la victima entrega la imagen fuerte. Se mete una mano. Aspira el sonido. Ahora gime.

Parece q va a llover. No llueve. Carmelo sube por ascensor dos pisos. Uno por escaleras. Se constata el aliento. Se cree viejo para estas cosas. La almohada quedará manchada de negro azabache la mañana siguiente. Algo tiene olor a billetes usados. Todos los dedos del pie derecho. Ambas plantas de los pies. El esmalte de uñas verde agua: La segunda chica. La del timbre 15. No como la otra. Pelo muy corto. No como la otra redonda cabeza. Porta liga y medias. Negras. Aire suficiente. El cabello casi a cero. Teñido de un color brillante.

Me desperté sonriendo. 359 Esmeralda. No la otra dirección q solo esta en el mundo para distraer. Me dormí un toque. Un pequeño infarto. La chica uno en camino. Gato como ratón. Gato come rata. Gato como gato. De forma inmediata reconocí el tufo del hambre. La pereza de tener q hacer. El dolor.. la falta del tiempo en una espiral acanalada de esporádicos pozos vacíos y mecas deletreadas y mal cocidas.

Juan. Carmelo. Voy a hablar de su apodo. La del 15, me digo. Aquella vez cuando no sabia quien era eso q en la puerta se paseaba en patas de un acá para allá ya eso me llamó la atención. Varios meses después descubriría la osadía de sus manos o la habilidad de movimiento en ese cuerpo q padece faltantes de prácticamente  todo, menos las ganas y la panza, hay q decir. Una bolsa del chino. Yo. Paso un ángel.











(podría continuar)


No hay comentarios: